Abriendo sendas que se cierran a tu paso, no dejando huella de tu caminar. Pisando la Tierra como una caricia y recibiendo de ella la fuerza de nuestra pisada.
Respirando el frio y el calor, la humedad y la sequedad. Absorbiendo el viento por nuestra piel, masajeándonos con el esfuerzo y el roce de la vegetación.
Desde el movimiento en armonía con el medio buscando la calma, el punto inmovil que permite el giro de todo cuanto existe en este Universo preñado de alegría de vivir.
Utilizamos los recursos del Zen, del Mindfulness, del Budo, del Qi Qong, del conocimiento del medio y sus criaturas. Si te animas contacta con nosotr@s y te daremos plaza en la próxima salida.