CARTA FUNDACIONAL DE NAYAD BIODINÁMICA 2002
La Escuela Nayad nace con la finalidad de transmitir los fundamentos de la Terapia Craneosacral Biodinámica, basados en las enseñanzas de Willian Gadner Sutherland y avalados por la filosofía del fundador de la Osteopatía, Taylor Still. También recogemos todas las aportaciones de los discípulos y seguidores del Dr. Sutherland que han permitido el desarrollo de la Terapia hasta nuestros días: H. Magoun, R. Becker, J. Jelous, V. Fryman, Upledger, F. Sylls, etc… Así mismo incorporamos todas las aportaciones científicas procedentes de estudios interdisciplinares que enriquecen y aclaran el conocimiento de nuestra unidad cuerpo-mente-espíritu, especialmente las aportaciones de M. Odent, H. Laborit, S. Kelleman, P. Levine, E. Gedlin, K. Wilber, L. Gudman, Dr. Siegel, Dr. Stern, S. Porges y muchos otros.
Entendemos que La verdad subyace en todo cuanto existe. Ciencia y espiritualidad son dos vías parciales a través de las que explicar la realidad, la colaboración de ambos caminos abren nuevas posibilidades a la comprensión.
Los principios en base a los que orientamos nuestra transmisión son flexibles y están abiertos a las nuevas y viejas aportaciones que vayan dando luz a nuestra naturaleza y sus posibilidades:
- Aunque nuestra filogenia se remonta al primer ser vivo, orgánica y fisiológicamente somos mamíferos, con una naturaleza trascendente que nos empuja a avanzar día a día en el espectro de la conciencia. Como mamíferos estamos expuestos a numerosos conflictos biológicos que de mantenerse en el tiempo nos llevan a enfermar.
- Aun siendo seres orgánicos no somos sólo el cuerpo. Habitamos el cuerpo al igual que habitamos el planeta, siendo responsables del estado de nuestra casa corporal y de nuestra casa planetaria.
- En nuestro cuerpo se dan cita numerosas capas tisulares y orgánicas imbricadas entre si, así como capas psicológicas y/o emocionales que se relacionan con esos tejidos. A esta relación la conocemos como memoria del tejido.
- Tenemos tres funciones fundamentales que para aclarar podemos simplificar en pensar, sentir y hacer, y cada uno de estos niveles se correlaciona con distintas zonas de nuestros mapa corporal y cerebral. La salud precisa de alinear estos tres niveles dando coherencia a nuestra función como seres vivos .
- Nuestra salud tiene sus cimientos en la etapa primal, siendo muy importante la gestación, el parto y la primera infancia en nuestra constitución física y psicológica.
- La crianza y las figuras de apego son definitivas a la hora de determinar nuestras estrategias o personalidad de adulto.
- Disponemos de una salud inherente limitada por las restricciones que nos impone el medio y una inteligencia corporal que organiza la comunidad de células especializadas que nos conforman y nos mantiene en equilibrio suficiente para la vida.
- Es en el cuerpo y en sus diferentes capas donde se dan los procesos patológicos y también la recuperación del equilibrio o sanación. Estas capas tienen un componente puramente material y mecánico y otro energético, que no por sutil deja de ser material.
- El contacto es la base material del amor y como seres sociales necesitamos de ese contacto sanador que conocimos primeramente a través de nuestras madres y del amamantamiento.
- Nuestra naturaleza trascendente, que puede traducirse como espiritualidad o, también, como trascendencia de la animalidad a pesar de nuestros limitaciones mortales, nos lleva a ser seres solidarios y tolerantes que respetan todas las posibilidades, aun siendo minoritarias, que no sean lesivas para la armonía y la realización de la globalidad.
- El amor entendido como compasión, tolerancia, solidaridad, afecto, contacto, apoyo mutuo, cooperación, etc…, es el factor que nos permitirá trascender la animalidad y transformarnos en verdaderos seres humanos.
- El ser humano crece en la encrucijada de psique, naturaleza, cultura y sociedad y todos estos vectores lo condicionan y limitan.
- Lo símbolos, mitos, cuentos y leyendas ancestrales encierran muchas claves de nuestra naturaleza y se reflejan continuamente en nuestros sueños y en nuestras construcciones imaginativas y artísticas, dándonos destellos de nuestros anhelos mas profundos y pistas de la senda a seguir para alcanzar la plenitud.
- Existe toda una pirámide de necesidades, desde las mas elementales de supervivencia hasta la trascendencia, que marcan nuestra evolución como individuos y como sociedad.
- La imposición, el sometimiento y la inhibición mantenida son el origen de todas las enfermedades.
- Aún siendo seres flexibles, capacitados para la adaptación permanente al medio, cuando se da un estrés mantenido en el tiempo nos colapsamos parcial o totalmente y enfermamos.
- Como terapeutas buscamos ser intermediarios facilitadores que apoyan al paciente en la resolución de sus restricciones y para ellos prodigamos nuestra empatía, aceptación incondicional y coherencia personal.
- Respetamos los ritmos de la naturaleza y nos guiamos por ellos para buscar la armonía del sistema sin imponer ningún criterio preconcebido. Somos respetuosos con todo lo que se manifiesta sin enjuiciarlo y siendo neutrales de forma cálida y compasiva.
- Nuestra Escuela no se puede entender como enfocada a la mera profesionalidad, pues se precisa de una autentica transformación del Terapeuta o al menos de esa intención de crecimiento, para que la terapia tenga algún sentido.
- El Ser y el Tener son una dicotomía constante de la existencia que podemos relacionar con Espíritu y Materia. Para Ser hay que tener, pues la existencia precisa de determinadas tenencias. Pero el exceso de pertenencias nos impide Ser e igualmente si nos olvidamos de proveernos de lo necesario no podríamos sobrevivir y perderíamos la oportunidad de Ser aquí y ahora. Para apoyar y facilitar la resolución de estos conflictos que nos impiden Ser y que se manifiestan en todas las expresiones de la persona, como ser vivo, aparece la Terapia Craneosacral Biodinámica, que no pretende transformarse en ninguna panacea, sino en ser una herramienta terapéutica que despeja espacios y hace posible que se desarrollen y resuelvan los procesos del paciente, ampliando y profundizando la conciencia del paciente y del propio terapeuta.
- Creemos en el hermanamiento de todas las criaturas y en su igualdad de base, necesaria para que puedan desarrollar todas sus posibilidades. Esta senda traza el camino a la libertad y a la felicidad que produce la satisfacción de nuestras necesidades saludables más intimas.
- Todo aquello que nos limita y nos impide realizarnos nos enferma. Con la escucha terapéutica tratamos de apoyar a nuestra genuina Autenticidad, como seres vivos sintientes y conscientes, para que emerja plenamente. Entendemos que en ella mora la conciencia que nos empuja a ser libres, autónomos en la interdependencia y solidarios.
Todos estos principios son ideas, algunas de ellas muestran un horizonte hacia el que caminar y precisan de un trabajo de crecimiento personal en el que estamos inmersos, y aunque los logros todavía son muy limitados, sentimos que si seguimos trabajando con esa intención, alguna vez. llegaremos a poder vivenciarlas plenamente.